Dom. Feb 23rd, 2025

El 22 de diciembre de 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante su resolución A/RES/47/193, declaró el 22 de marzo de cada año como el Día Mundial del Agua, el cual comenzó a celebrarse a partir de 1993.

Siendo el acceso al agua potable una necesidad básica del ser humano y vital tanto desde el punto de vista de la salud como social, la celebración de este día tiene por objetivo dar a conocer la importancia de los recursos hídricos del planeta y apoyar las iniciativas mundiales orientadas a brindar a todas las personas en el mundo el acceso al agua salubre, aprender más sobre temas relacionados con el agua, de igual forma sirve de inspiración para compartir los problemas relacionados con el agua, tomar medidas para cambiar la situación, crear conciencia sobre la importancia del aprovechamiento del agua en la productividad y el bienestar social de los países, y de reflexionar sobre algún aspecto en particular cada año.

Al respecto, se dio a conocer el informe Perspectivas Económicas de América Latina 2019: Desarrollo en Transición, creado por el Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), junto con la CEPAL, el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) y la Unión Europea. El informe destaca que, 85% de las aguas residuales que llegan al mar Caribe no es tratada y 51.5% de los hogares carecen de conexiones de alcantarillado. Igualmente plantea posibles soluciones para responder a las trampas del desarrollo relacionadas con la productividad, la vulnerabilidad social, las instituciones y el medio ambiente y busca formas de mejorar los bienes públicos globales para consolidar las agendas nacionales, todo ello en el contexto de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.

De igual forma también podemos encontrar que existen “motivos de discriminación”, algunas personas resultan especialmente desfavorecidas en lo que respecta al acceso al agua por: el género; raza, etnia, religión, condición de nacimiento, casta, idioma, nacionalidad, discapacidad, edad, estado de salud; tenencia de bienes, lugar de residencia, situación económica y social; y otros factores como la degradación del medio ambiente, cambio climático, crecimiento demográfico, conflictos, flujos de migración y desplazamientos forzosos.

Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el ODS 6 se plantea garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos de aquí a 2030.

En el caso específico de México el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) emitió su Informe Anual sobre la Situación de Pobreza y Rezago Social 2019 y se desprende que hasta 2016 9.3 millones de personas carecían de acceso al agua mediante una toma en sus viviendas y sobre todo en el medio rural, de igual forma en las localidades rurales, 85 por ciento de las viviendas están conectadas a la red hidráulica, mientras en las urbanas el porcentaje asciende a 97.2 por ciento.

Asimismo, en México con la finalidad de tener un mejor aprovechamiento de los recursos hídricos está el Plan Nacional Hídrico, el cual contiene seis objetivos específicos:

  1. Fortalecer la gestión integrada y sustentable del agua;
  2. Incrementar la seguridad hídrica ante sequías e inundaciones;
  3. Fortalecer el abastecimiento de agua y el acceso a los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento;
  4. Incrementar las capacidades técnicas, científicas y tecnológicas del sector;
  5. Asegurar el agua para el riego agrícola, energía, industria, turismo y otras actividades económicas y financieras de manera sustentable; y
  6. Consolidar la participación de México en el contexto internacional en materia de agua.

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